EL HÉROE DESDE LA HERIDA. SOBRE “EL REGRESO DE ULISES” de Uberto Pasolini

Publicado el 31 de agosto de 2025, 12:06

Una película preciosa y profunda. Reproduce un aspecto muy interesante del Ulises crepuscular de la Odisea, del que he hablado en muchas de mis publicaciones (De Pablo, 2021, 2023 y 2025). Encontramos un Ulises agotado, extenuado, culposo de contemplar en quién se ha convertido, asolado por la sangre derramada, por la muerte y la destrucción del hombre que hizo la guerra. No puede sostenerle la mirada a Penélope que le pregunta “¿por qué tanta sangre y por qué tanto tiempo?”. Una película reflexiva que nos hace mirar además los conflictos actuales con una muy adecuada perspectiva.
El héroe cansado abomina de su historia de sangre, acorde a la respuesta que el mismo Aquiles le da a Ulises en el inframundo:
“No pretendas, Ulises preclaro, buscarme consuelos
de la muerte, que yo más querría ser siervo en el campo de cualquier labrador sin caudal y de corta despensa que reinar sobre todos los muertos que allá fenecieron”.
Como señalaba Javier Cercas, “Aquiles es el hombre de la vida breve y de la muerte gloriosa, que fallece en la cumbre juvenil de su belleza y de su valor y accede así a la inmortalidad, (…) Ulises, en cambio, es el polo opuesto: el hombre que vuelve a casa para vivir una larga vida dichosa de felicidad junto a Penélope, a Ítaca y así mismo, aunque al final le alcance la vejez y después de esta vida no le aguarde otra.” (Javier Cercas a propósito de “El monarca de las sombras”).
Pérez Reverte en su relato “Regreso a Ítaca” decía sobre Ulises en esta misma dirección:
“Seguía mirándose las manos y le pareció advertir restos de sangre bajo las uñas. Intentó situar aquella sangre en su memoria y al cabo desistió, desalentado. Demasiados mares, demasiados abordajes, demasiadas ciudades asediadas, demasiadas Troyas ardiendo a su espalda, demasiados mares navegados bajo un cielo desprovisto de dioses, desde el que éstos ya no incomodaban con sus odios ni con sus favores. Podía ser, en realidad, sangre de cualquiera. De un enemigo o de un camarada. De él mismo, tal vez”.
Es la imagen de Ulises, como héroe cansado, que también exalta Irene Vallejo en “El infinito en un junco” y el escritor peruano Jeremías Gamboa, fielmente reflejada por Ralph Fiennes en el film de Pasolini. Como dice su director, es una historia centrada en los viajes interiores de los personajes, donde las “odiseas” son sus periplos emocionales.

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