FRANKENSTEIN. Las figuras del padre.
Los efectos del padre oscuro en el hijo son abrumadores y desafortunados. El padre oscuro no expresa amor ni cuidado hacia el hijo, no le importa su crecimiento ni su dolor. El hijo deberá cumplir las expectativas del padre, obedecerle y mantenerse sometido a sus deseos.
En el Frankenstein de Guillermo del Toro se nos muestran los efectos transgeneracionales de la falta de reconocimiento y de amor que ese padre oscuro ejerce. La rabia y el odio aparecen multiplicados ante la vivencia de desamparo y soledad, ante la búsqueda del abrazo, búsqueda nunca correspondida. El conflicto edípico, en la lucha contra el padre, está servido y concluye fatalmente.
En el film se abre una ventana de esperanza ante la posible reconciliación paterno-filial. El padre que reconoce su falta y abraza al hijo posibilita la cancelación de la condena transgeneracional de soledad, rabia y dolor.
El hijo no mirado se vive como un monstruo, troceado y desolado por no haber sido querido, mirado, acariciado, abrazado ni reconocido en su dolor. Si el padre que le dio la vida, admite su falta y el daño causado, permite al hijo herido contemplar un nuevo amanecer.
Una inmensa belleza en la propuesta cinematográfica de Guillermo del Toro. Imprescindible.
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