DE COMO LA POSMODERNIDAD ACABÓ PERVIRTIENDO SUS PRECEPTOS ORIGINALES

Publicado el 30 de agosto de 2025, 23:19

La ideologización de la posmodernidad parecía inevitable, el multiverso como marco de referencia no cumplía los requisitos necesarios para una existencia segura. No olvidemos que: “a pesar de la dificultad que nos supone a los seres humanos vivir entre dudas, en incertidumbre, es solo desde ese lugar donde es posible albergar una posición humilde y solidaria, sin caer en el reverso tenebroso de la adicción al poder. Efectivamente, nuestra necesidad de “casa segura” vuelve a reaparecer, y como no soportamos esa posición incierta y angustiosa, acabamos convirtiendo el pensamiento posmoderno en una nueva ideología, rígida y dominante. Recordemos que la ideología es, siempre, por definición, excluyente, la ideología contiene mandatos morales, preceptos de lo correcto y lo incorrecto, de lo adecuado y lo inadecuado, de lo bueno y de lo malo. Incorpora siempre, pues, una lógica de la crueldad (Mèlich, 2014). Es interesante y paradójico observar cómo el pensamiento posmoderno, (originalmente) adalid de la libertad y de la polifonía, acaba cumpliendo las condiciones de cualquier absoluto moral, a saber, la universalidad de sus planteamientos (unicidad), la negación de la ambigüedad y el apriorismo, elementos que el propio Mèlich destaca como principios de lo moral como gramática de la obediencia” (p. 29-30, De Pablo, 2025) (En “Ética del reconocimiento emocional en psicoterapia”)

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