Mi pasión por las figuras mitológicas, en especial las relatadas en las obras homéricas, La Iliada y La Odisea, y en la obra de Virgilio, La Eneida; me llevaron a profundizar en los procesos de transición en el varón, desde la masculinidad a la paternidad. Hace poco publiqué un post (31/08/2025) sobre la preciosa película de Uberto Pasolini, titulada en España “El regreso de Ulises” y, hoy, leo un texto de mi admirado Massimo Recalcati sobre la figura de Ulises que es plenamente coincidente con la visión del film, que dice:
“Mi Ulises no era el astuto Ulises, el retórico, el hábil guerrero, el intrépido navegante, el rey. No eran sus virtudes guerreras lo que me fascinaba, sino su amor por Penélope y Telémaco. Su profunda lealtad.
Una lealtad que lo llevó a renunciar incluso a la inmortalidad. ¿Acaso se puede amar la tierra, el rostro de una mujer que inevitablemente se transformaría bajo los implacables golpes del tiempo, más que la inmortalidad de nuestra alma? ¿Era esta, acaso, la lección fundamental de Ulises para mí?”.
(Massimo Recalcati, 2018, en “A libro aperto”)
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